El estreno en España de «Hysteria«, una película sobre Joseph Mortimer Granville, el inventor del consolador moderno, me ha animado a escribir una entrada sobre la extraña y divertida historia de este artefacto.
La histeria es una… ¿Enfermedad?… conocida desde la antigua Grecia. Ya en el S.II Galeno determinó que el origen de este mal era la privación sexual en mujeres particularmente fogosas; en tratamiento para este mal era sexo para las mujeres casadas, el matrimonio para las mujeres solteras y, para los casos mas extremos, un masaje en el clítoris aplicado por una comadrona; ¿Sorprendente, verdad? El truco es que en la antigüedad practicar el sexo implicaba penetración vaginal, actuar solo sobre el clítoris no se consideraba sexo.
Y así llegamos a la Inglaterra victoriana, en la segunda mitad del S.XIX; en esta rígida y moralista sociedad la histeria se convirtió en una auténtica epidemia, que era tratada por los médicos con el ya mencionado masaje en el clítoris; el problema es que la cantidad de mujeres afectadas por este mal era tan elevada, que a los doctores se les acumulaba el trabajo, por lo que no tardaron en aparecer en el mercado masajeadores automáticos. El primer vibrador lo inventó el doctor estadounidense George Taylor en 1869 y era un aparato enorme y pesado movido a vapor.

Fotograma de la película «Hysteria». La actriz Sheridan Smith lleva en la mano el vibrador creado por Granville
Granville era otro de esos doctores cansados por la gran cantidad de tiempo que debía dedicar a atender a pacientes de histeria, así que pensó en diseñar un aparato que permitiera a las damas tratarse ellas mismas en casa; el aparato que concibió era un vibrador accionado por un motor eléctrico, con un aspecto similar al de un taladro moderno; era un aparato lo bastante pequeño y manejable como para ser comercialmente viable, así que se convirtió en un superventas.
Como era de esperar, no tardaron en aparecer imitadores, así que las revistas se llenaron de anuncios de vibradores, que se vendían como instrumentos terapéuticos para tratar la histeria y el estrés, pero que servían también para dar masajes relajantes.
De hecho, el consolador fue uno de los primeros electrodomésticos en popularizarse, llegó a las casas antes que la planta eléctrica y la lavadora.
Los consoladores empezaron a perder su respetabilidad a partir de 1930, con la llegada de las primeras películas pornográficas, donde los utilizaban como juguete sexual, aunque la perdieron definitivamente después de que la psiquiatría reconociera abiertamente que la histeria no es ninguna enfermedad, que es solo un problema de insatisfacción sexual.

Ya lo sabía…. y de hecho lo hemos hablado varias veces…. pero está chulo ver fotos de los aparatos como eran….. he visto cosas parecidas en algún vídeo…… se ven muchas cosas raras aunque busques «Massive breasts» el del porno es un mundo curioso.
Lo mas fascinante es ver las películas que se tenían que montar las mujeres para poder hacerse una paja.